Ruta por tres continentes 2005

Por Piki y Enrique (Abueletes)

Ruta por tres continentes

Salimos de Melilla el 4 de Junio, hacia Asilah, por Fes, Sidi Kacem, con un viento terrible y debiendo estar en la aduana un buen rato, ya que han cambiado los impresos y aunque yo llevaba los antiguos preparados, hemos tenido que rellenar y preparar los nuevos.
Abueletes: Piky y Enrique junio, julio y agosto de 2005

4 de junio: África
Salimos de Melilla el 4 de Junio, hacia Asilah, por Fes, Sidi Kacem, con un viento terrible y debiendo estar en la aduana un buen rato, ya que han cambiado los impresos y aunque yo llevaba los antiguos preparados, hemos tenido que rellenar y preparar los nuevos. Cuando llegamos a Alcazarquivir, hemos entrado en la población, y hemos podido ver el profundo cambio experimentado por este poblado, aunque continua sucio .los alrededores tienen pretensión de ciudad europea para atraer al turismo, pero desestructurado y vulgar.
Llegamos a Asilah y contemplamos sus calles vacías de turismo con el placer de recorrer la bella ciudad de corte andaluz, que fue capital del caudillo Raisuly, quien luchó contra los franceses y alemanes. Cenamos en casa García (aún pienso cómo pudimos volver a este restaurante caro y mal servido cuando hay sitios mucho más baratos y agradables)
Dormimos al lado de las murallas portuguesas, frente al mar; 20 dirhams al guarda, sin un solo ruido, exclusivamente el sonido del oleaje al fondo


Día 5 de junio, Asilah - Málaga: Europa
Salimos dirección Tánger, Tetuán, Ceuta; aquí cometo el imperdonable error de volver a comprar tabaco y fumar -¡si seré imbécil!- La travesía muy buena: 119 euros la Ac. y dos adultos.
Tardamos en lugar de los 35 minutos habituales cerca de una hora; llegamos a Estepona y vamos a Casa de Mónica y Antonio que nos atienden de lujo y nos enseñan la maravillosa casa que han construido ellos solos: un hermoso chalet con piscina. Alucino en colores ¿cómo estos muchachos han podido trabajar tan perfecto y duro, sin tener conocimientos de albañilería o resistencia de materiales? Las niñas preciosas y Mónica prepara su viaje al Monte San Michel; Antonio tan amable y servicial le explica a Enrique lo del propano y nos regala el contenido de una bombona. Parece mentira que a esa chica que conocí en la quedada del Torcal le haya tomado tanto cariño, y es que realmente son de serviciales, que dan todo sin pedir nada.
Dormimos en el paseo de Torremolinos entre Málaga y el término municipal, que es donde lo permiten, al lado de unos chavales italianos.


Días 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12 de junio: Atravesando España

DIA 6
Vamos por las bombonas que tenemos guardadas en Málaga y le compramos la carga a un camión que reparte en Sevilla, donde dejamos la Ac en la Fiat para la revisión

DIA 7
Sevilla/Cáceres
Dos días en la Fiat y después Autocaravanas Hidalgo, para ver si solucionan el problema del frigorífico, pues no enfría la parte que no es congelador; dicen que el frigorífico esta perfecto e instalamos una cerradura de seguridad. Hace un calor de 40 grados


DIA 8
En Cáceres
Recorremos la ciudad monumental y hacemos unas gestiones personales; dormimos en la zona de acampada que proporcionó la PACA con su gestión; fantástica, agua, luz, electricidad y una zona privilegiada próxima al Centro, tranquilísima.

DIA 9
Vamos al Monasterio de Yuste, y nos sorprende un pequeño cementerio cercano, donde hay enterrados cadáveres no reclamados por sus deudos de una guerra mundial; no logramos enterarnos de cuál, ni de su nacionalidad. Luego Gargantas de Olla, recomendadas por algunos foreros, merecía la pena, unas raras formaciones rocosas en medio del río. Dormimos en Plasencia, en un aparcamiento gratuito al lado de la estación de autobuses

DIA 10
Nos despiertan las fanfarrias, pues Plasencia está en fiestas; recorremos el casco monumental, deslucido por las basuras procedentes de las fiestas; el frigorífico no marcha bien y Enrique está muy “mosca” .Visitamos El Valle del Jerte con todos los cerezos cargados de frutos. Si el color rojo de las cerezas con el verde de los árboles es precioso, puedo imaginarlos en plena floración, no tiene comparación con la Región de Sefrou en Marruecos, que también es famosa por el mismo tema. Pensamos ver las Gargantas del Infierno, pero la AC no puede pasar por el puente y desistimos de hacerlo a pie porque me clavé al bajar al río una astilla y me sangra el pie.
Compramos unas apetitosas, gordas y rojas cerezas y, mea culpa, robé otras poquitas de un árbol cercano al camino; nos duraron hasta Turquía y no son comparables a las de Sefrou. Éstas son mucho más gordas y saben mejor.
Como el frigorífico sigue no queriendo enfriar decidimos volver a Sevilla. Así lo hacemos y al final nos abrieron la puerta y dormimos en el recinto de Autocaravanas Hidalgo, sin poder salir por los perros

DIA 11
Nos atienden con cortesía y dicen que no enfría porque le falta ventilación a causa del calor; abren una enorme ventana en una rejilla y ponen otra rejilla más grande. Yo pienso que eso lo tenía que prever el ingeniero que la diseñó; me callo porque Enrique está que trina; nos facilitan dos direcciones, la de Alemania y otra de Navarra. Como hemos quedado con José y María Teresa nos marchamos; dormimos en un Área de Servicio pasado Madrid

DIA 12
Después de cargar alimentos, en Burgos nos encontramos con los alicantinos. Pasado Burgos, dormimos en un Área de Servicio de la autopista que conocía José, pasado Bayona en Francia.


DIAS 13, 14, 15,16 y 17 de junio: Bayona - Mulhouse (Francia)
Atravesamos Francia despacito: de Las Landas al Perigord, por Mont de Marsan y Bergerac, Clermont Ferrand, Puy de Dome, Feurs, Lons le Saunier, Belfort Besacon; atravesando La Auvernia y la preciosa región de la Doube, haciendo acampada libre y durmiendo en maravillosos lugares destacando, como información para todos, el aparcamiento que hay cerca del río en Perigord; la municipalidad lo ha dejado para que pernocten AC’s y tiene todos los servicios necesarios para ser autosuficientes, el paisaje maravilloso y próximo a la ciudad medieval, que es una maravilla. En otro lugar que ha habilitado la municipalidad en Baume les Dames, cobran 4 euros para Ac’s y turismo fluvial, habiendo muchos barquitos en el río. María Teresa encantada porque siempre había atravesado Francia por autopista y le entusiasman los pueblecitos y el paisaje. Enrique me compra frambuesas que me encantan y comemos deliciosas especialidades francesas: Langue de Boeuf, huevos a la cocotte y los deliciosos calamares rellenos, sin olvidarnos de los patés.

Día 18 de junio
Hoy realmente empieza el periplo hacia Turquía; entramos en Alemania con un hermoso sol primaveral por Friburgo y la Selva Negra; nos dirigimos a Triberg para que lo viesen los alicantinos, patria del reloj de cuco y una ciudad preciosa con muchísimas cascadas; por la tarde al Lago Titisse, donde cenamos en un pequeño restaurante a orillas del mismo, gracias a un señor que hablaba español y nos tradujo con la camarera. Paisaje realmente idílico. Dormimos en una nueva área que encontramos, aunque nosotros habíamos dormido varias veces en otra que era mucho más cómoda. Por la mañana a las ocho viene un señor y nos cobra 10 euros ¡esta vez los alemanes se han pasado!


Día 19 de junio
Nos dirigimos a Schauffsen para enseñarles las Cataratas del Rhin a los alicantinos; aun más impresionantes que cuando las habíamos visto nosotros, por el deshielo; nos cobran 0,70 euros. Muchísimo turismo, sobre todo excursiones de la tercera edad .Como nosotros no conocíamos Liechestein, nos lleva José, que él sí lo conocía. En Vaduz no pudimos entrar al castillo ducal por estar en obras y todo cerrado ya que era festivo; similar a Andorra pero mucho más elegante; su negocio principal, la venta de sellos, lugar que conocen todos los filatélicos del mundo. Realmente me ha decepcionado, me parece un lugar triste y desangelado. Dormimos en Austria en una zona de servicio donde proliferaban las alegres chicas del sexo.



Día 20 de junio
Vamos a Fussen para que María Teresa conozca el castillo de Luis II de Baviera al que llevó a Wagner, inspirándose para su decoración en las obras del compositor. Lo eligió Walt Disney para inspirarse en el castillo de la Bella Durmiente. También vimos las cataratas del río Les y José se animo a dejar la AC y se vino con nosotros a pasear por Fussen, típico pueblecito de Baviera con multitud de comercios. Me dirijo a la Oficina de Turismo a coger información y me sorprenden unas piedras que giran, una fuente realmente extraña. A 4 Km., zona de pernocta habilitada para AC’s donde nos cobran 4 euros. Nos reímos mucho cuando Enrique le cuenta la anécdota que nos pasó el año pasado en Alemania en una autopista, relacionada con el show que hacen los Morancos, imitando los sonidos del insecto que se conoce como mariquita y que, según ellos, su sonido es ulifriski, palabreja que decimos cuando no entendemos nada de nada


Día 21 de junio
Hoy nos toca el Tirol alemán, recorriendo pueblecitos, lagos, arboledas, etc. De ahí hacia Salzburgo donde damos un paseo en coche, pero José decide continuar porque dice que los dos conocemos la ciudad. Me quedo con una gran pena porque, aparte de ser una de las ciudades más bonitas del mundo, a mi personalmente Salzburgo me encanta, pero me conformo, llegamos a Maauthausen y dormimos en una placita. Antes, recorremos el pueblo y parte de la orilla del Danubio, que tenía un tráfico enorme de barcos, hay referencias a los caídos en el campo de concentración y un pequeño cementerio italiano



Día 22 de junio
Por la mañana subimos al campo de concentración, recorremos los terribles barracones, vemos el cementerio y el museo. Me hago una reflexión que tal vez parezca estúpida; alrededor había muchos manzanos, hace años estuvimos en este campo estaba cerrado por lo tardío de la hora y pasamos por una barrera donde se encuentran los monumentos conmemorativos que han hecho países y particulares; las manzanas me hicieron tener la misma reflexión ¿existirían esos manzanos cuando el campo estaba operativo? ¿Cuántos serían golpeados o asesinados por mitigar el hambre cogiendo una manzana? Los hornos crematorios y las duchas de gas me helaron la sangre en las venas. Es terrible tanta crueldad del hombre contra el hombre. Llueve de forma espantosa; esa lluvia nos acompañó a Mayerling, ya que en Viena habíamos estado cuatro veces y sentía curiosidad por ver los célebres bosques y contemplar el lugar de la desgraciada historia del archiduque Rodolfo, que se suicido antes de matar a su amada, ante la negativa del Papa a anular su matrimonio para casarse con su amante y la llamada de atención del emperador Francisco José. El antiguo pabellón de caza, hoy convertido en Abadía, alberga a una comunidad de monjas; una de ellas nos acompañó a la capilla donde se suicidaron los amantes y nos dejó solos, recorrimos el pabellón tranquilamente y dejamos un donativo al salir.
Continuamos hasta la frontera húngara; el forinto estaba a 280 por un euro, dormimos en un área. En esta ocasión he visto que Hungría no es lo que era; el país ha mejorado de forma espectacular en poquísimos años. Cena en un Mc Donals del mismo lugar de pernocta

Día 1 de julio: Grecia
Nos cobran 2.000 pelas al cambio antiguo; me parece un robo pero al desconocer el idioma la cosa es más difícil. Hacia Grecia, en la frontera Griega todo muy rápido y un policía griego nos canta ”que viva España”. Continuamos hasta Tesalónica y después a Trikala, donde encontramos un sitio perfecto para acampar, pero un señor muy amable nos dice que hay un mercado matinal y que nos despertarán a las “five o’clock”. Nos acompaña a un lugar cercano, una espacie de aparcamiento y allí nos quedamos con un calor espantoso; nos vamos a dar una vueltecita por el pueblo y comemos unos deliciosos helados. Descubro una especie de casitas con iconos dentro, luces de velas y estampas con motivos religiosos, pregunto y no me entero ni patata; más tarde, a lo largo de los kilómetros recorridos, aprendo que es la cultura del iconostasio, algo que me fascina y que pienso estudiar con profundidad. Aunque hay gente que dice que son monumentos a los muertos en carretera, no es así. Me hubiera gustado comprar uno en las tiendas de cerámica de los caminos, pero el volumen no me permite transportarlo; la pena es que muchos de ellos a lo largo de los caminos han sido expoliados y otros muchos muy deteriorados por las inclemencias del tiempo y los gamberros. ¡Me parece un sacrilegio! Antes de dormir se apetece otro helado por el calor, Enrique en pijama va y lo compra en un puestecillo cercano.


Día 2 de julio
Llegamos a Kalambaca, un precioso pueblo lleno de tiendas. Compro tres reproducciones de iconos y alguna que otra cosilla para regalar; reponemos víveres después de haber comprado sandias en un puesto del camino.
METEORA una de los paisajes mas impresionantes de este viaje, algo tan insólito y espectacular que me llena el espíritu de belleza; ¡las impresionantes formaciones rocosas y los monasterios edificados sobre ellas! La carretera para acceder a algunos de ellos es francamente peligrosa, muy estrecha y con tal cantidad de autobuses que dificultan el transito. Realmente lo paso mal por el espacio y los cortados; hay bastantes Ac’s encaramadas en lugares inverosímiles, donde parecen que han llegado volando; la vista desde lo alto es soberbia ,pero hay tal cantidad de personas que resta intimidad a lo que podía ser, aún, anímicamente más bello. Recorremos uno a uno todos aquellos donde pudimos llegar con la Ac pues nuestras piernas no están para hacer montañismo
A la bajada comemos en un restaurante donde la propietaria, una mamma griega, grita como una loca para que aparquemos en batería y así tener espacio para más clientes. Nos reímos a rabiar porque a José no le gusta el queso y pide “salchichi”, suponiendo que serían salchichas, pero se trataba de una especialidad griega, precisamente con queso, yogurt y pepino; la carne, una especie de brochetas deliciosas y la ensalada; realmente las he comido mejores. Conocemos a unos jóvenes españoles que vienen de viaje de novios y nos comentan lo terrible que conducen los griegos y que está lloviendo en Atenas a mares.
Dormimos en Lamia en las instalaciones de un súper, habiendo pasado al lado del Monte Olimpo ¡que pena no tener tiempo para subir a saludar a Zeus!




Día 3 de julio
Nos vamos a Delfos por un camino de montaña; aunque podíamos haberlo hecho por un camino mucho más fácil pero a José le encantan estas carreteras y aunque por otro sitio hay mejor carretera, tiene derecho a algún caprichillo.
Con las enormes ganas que yo tenia de ver el oráculo del Dios Pitico, me llevo una decepción; pensaba ver a la pitonisa bebiendo de la fuente Castalia y lloviendo, ni pitonisa, ni Dios Pitón .ni Apolo ni nada; .sólo cuatro columnas dóricas y unas ruinas muy mal conservadas, todo muy cutre y a unos precios de vértigo.
Enrique toma café en un chiringuito y se encuentra por todo adorno, una foto de nuestro cantante Ramoncín, después de pagar 2 euros por un café de pucherito. Totalmente decepcionante: basuras, malas hierbas, mal acceso ¡de pena!
Hay varios campings en los alrededores y muy buenos sitios para acampar, pero está prohibido.
La montaña del Parnaso casi no la veo por la lluvia y sin encanto alguno ¡yo esperaba ver a la Diosa Gea y a Apolo venciendo a Pitón! ¡Como todo sea igual que me espere Grecia otra vez!
Los pueblos hasta Atenas no son feos pero tampoco bonitos; su arquitectura está desestructurada. No hay armonía. Paramos en un pueblito cercano a Delfos lleno de tiendas y turismo, donde pienso que creen que los turistas son imbéciles. Me piden por un cojincillo 50 euros y por una alfombra sintética 900 euros.
La lluvia arrecia terriblemente y nos quedamos en un Mc Donals a la entrada de Atenas ¡espero que mañana mi espíritu esté más sereno y pueda contemplar las bellezas que espero!


Día 4 de julio
Nos ha costado encontrar el camping por la dificultad del idioma; se llama Kifissaria, cerca de la estación de metro del mismo nombre; trato amable pero masificado, limpio pero no acogedor; coges en la puerta un autobús que te deja en la parada del metro y la estación para visitar el Partenón se llama Monasteraki. Cuando bajamos hacia Plaka hay multitud de tiendas orientadas al turismo, con unos precios de locura. Ya, por la tarde, yendo en dirección opuesta, desciende el precio en un 300 o 400 por ciento, hablan todos los idiomas conocidos y una simpática viejecita nos requiere en un perfecto castellano. Mañana visitaremos la Acrópolis pues queremos disfrutarla con bastante tiempo
Después de comer un delicioso Kebab en un restaurante un poco alejado y un delicioso postre con ensalada griega y calamares, hemos visitado el Olimpeon, el templo de Júpiter; las columnas corintias me han gustado pero sigue estando el entorno bastante sucio.
Hemos visto la Catedral, el estadio Olímpico, el Parlamento y el museo; éste sí que me ha satisfecho; hemos recorrido todo el barrio de Plaka.
Lo siento, no me agrada; lo encuentro sucio, feo y desangelado; mucho hablar del encanto de Atenas pero me parece una ciudad absolutamente triste y la gente no amable precisamente; mucha gente pero no encuentro vida, triste, tristísima.


Día 5 de julio
Hoy ha sido un gran día. Hemos visitado La Acrópolis, uno de los sueños de mi vida: ver el pórtico de las cariátides. Entramos y subimos la colina poquito a poco; multitud de gente y un calor sofocante. Al parecer están restaurándolo todo; el Partenón fabuloso, he vuelto a retroceder en el tiempo y me ha parecido ver a Fidias contemplando el impresionante paisaje que se ve de Atenas; he procurado aislarme para fotografiar en mi memoria tantísima belleza y aunque las cariátides del Erecteón no son las verdaderas sino una copia, no me ha importado demasiado; he disfrutado como una loca aunque el templo estaba destrozado y tenia el mal de la piedra pero ayer pude ver la parte que no está en el museo británico sino en el de Atenas.
¡¡¡¡Qué gran día!!!!
Luego hemos comido en un restaurante, en una callejuela típica, pulpo seco a la brasa y también nei mosnake, deliciosa.
Toda la tarde hemos visitado las zonas no turísticas de Atenas tratando de encontrar el encanto de ciudad, de la que tantos literatos y escritores han hablado pero la verdad, a pesar del bullicio, me sigue pareciendo una triste ciudad o, como se quiera, una ciudad triste.
Tal vez no haya sabido encontrar su esencia, su alma, pero no, no me ha gustado Atenas.
La gente no es precisamente simpática; he tenido un altercado con una señora que por fotografiarme cerca de su tienda pretendía cobrarme 3 euros porque decía que su establecimiento salía en la foto.
El remate, en el camping Enrique se enrolla con un señor que hablaba español y nos ha preguntado” por la chica griega casada con el rey de España”; le ha salido el amor patrio y le ha dicho que es uno de los orgullos que tenemos en España es tener por Reina a Doña Sofía que es culta, educada, una gran mujer... ¡y eso que no es monárquico!


Día 6 de julio
Pagamos 52 euros por los dos días de camping y salimos de Atenas hacia Corinto; vemos el canal, una impresionante obra de ingeniería; ya lo quiso hacer Nerón pero se construyó en el siglo XIX; 7 Kms. de longitud, 77 metros de profundidad y 22 de anchura; tuvimos la suerte de ver dos barcos atravesándolo y nos hubiera gustado ver cruzar a un trasatlántico. Corinto tiene fama de que sus gentes no son excesivamente amables y no he encontrado pasas, tan célebres ellas, por ningún sitio.
Hemos ido a Epidauro que paisajísticamente es precioso para ver el Teatro que según dicen es el mas grande y mejor conservado de Grecia, pero no hemos subido a lo alto por el inmenso calor, aunque me hubiera gustado verificar lo de la megafonía natural que dicen que es excepcional.
En teoría teníamos que ver el templo de Asclepios el médico ¡DIOS, PERO SÓLO HEMOS VISTO RUINAS ESPARCIDAS SIN TON NI SON, sin orden ni concierto! El pequeño museo sí me ha gustado; voy de decepción en decepción. Más tarde Nauplio, donde hay una zona de Ac’s cercana al puerto y nos hemos juntado sobre unas 20; paseando por el puerto Enrique, por señas, se ha intercambiado formas de pescar, tipo de carnadas y hasta le han dejado una caña; ¡es único para entablar relaciones amistosas! Este lugar lo domina un bonito castillo y el pueblo de lo más agradable con bastante turismo nacional y sobre todo italiano; los niños nos dieron la noche montando en bici y con juegos ruidosos hasta las 2 de la madrugada. En realidad este lugar me ha gustado mucho.


Día 7 de julio
Antes de marchar he ido a comprar botellas de Ouzo para mis amigos. José y María Teresa han continuado pero nosotros preferimos ver el Palacio de Agamenon en Micenas y la puerta famosa de los leones; las murallas que construyeron los cíclopes, según la leyenda, están las pobres aguantando 4 piedras ¡¡si el partícipe del asedio a Troya levantara la cabeza se volvía a morir!!! Luego Argos, donde partieron Los Argonautas y donde Orfeo lloraba a su amada Euridice. Nos dirigimos a Leonidon por las carreteras de montaña del Peloponeso bordeando el mar y recorriendo pequeños pueblecitos de pescadores, recordándome a los paisajes croatas; las carreteras son realmente espantosas estrechísimas; los conductores un rato imprudentes y muchos olivos tan ancianos que debían ser coetáneos de Palas Atenea. Hoy nos hemos hecho el propósito de irnos a Turquía lo ante posible. Pensábamos ir a Esparta y Mitra pero nos hemos encontrado con una pareja francesa que venían de allí y nos han dicho que no hay tal carretera, que es pista de tierra y no merece la pena. Con Esparta igual, aunque me apetecía ver el monte Taigeto y comer mermelada de rosas. La verdad es que no estaba yo por la labor de hacer pisteo. En Leonidoion nos esperan José y María Teresa en la playa; no los han dejado estacionar en los aparcamientos, así que en plena playa, cerca de la arena, decidimos darnos un baño pero una vez dentro del agua hay tantos guijarros y algas que, a pesar de ir calzados con escarpines, no resulta nada agradable. Paseo por el puerto y cena en un pequeño restaurante donde nos volvemos a encontrar con los franceses. Bonita y apacible noche.


Día 8 de julio
Salimos de Leonidion deshaciendo el recorrido ya hecho pero las espantosas carreteras no nos permiten continuar. Llegamos a Trípoli donde no vemos nada que destacar. Atravesamos una carretera estrechísima pero con un superbellísimo paisaje y unos pueblecitos encantadores; en esta región la mitología se hace real. Hay miles de colmenas por todo el camino y tenemos que llevar las ventanillas subidas: pasamos por un pueblo que para mí que San Cristóbal apartaba los árboles para que pudiéramos pasar; me parece increíble que no nos cruzáramos con ningún autobús porque no sé qué hubiéramos hecho.
Olimpia. La hemos visitado y Gracias a Dios estaba bien acondicionada y cuidada. He visto en el museo el Hermes de Praxiteles y al preguntarle a un señor (que se quejaba de que el turista viene a comer y comprar y que no visitan el museo) por la estatua de Zeus de Fidias elefantino, se emociona y nos larga una perorata de cómo desapareció y de lo malos que somos los turistas que no nos entusiasma la cultura: hablaba 6 o 7 idiomas y se ofrece a acompañarnos de forma gratuita. Olimpia está mejor cuidada que el resto y tiene la ventaja de que hay una entrada especial para los mayores de 65 años, que es el 50 por ciento de la entrada; bueno, ocurre igual por todo el país, ya que tienen unos precios con lo que no se puede visitar todo lo que te gustaría porque tendrías que empeñar la AC.
Después de la visita vamos a Patras y terminamos durmiendo en un pueblo de pescadores que estaba en Fiestas y muy animado, en una paralela al mar, un sitio la mar de incomodo.

Día 9 de julio
Continuamos costeando por pueblos preciosos, dejando la autopista aunque fuera más largo. Pasado Corinto, José y María Teresa se van por la autopista y quedamos en vernos en Lamia. Nosotros vamos a Hidra y compramos almejas y ostras que vendían por el camino, unos pueblos muy turísticos una vez dejado el Peloponeso. Hacia el Norte pasamos por el desfiladero de Las Termópilas y vemos la estatua y el monumento a Leonidas. Se forma un atasco fenomenal por un accidente donde vemos los cuerpos carbonizados, bomberos, ambulancias... todo muy desagradable. Dormimos en un puertecito con dos o tres casas junto al mar. Lo muy positivo de Grecia es que hay fuentes y agua por todos sitios, algunas hasta con manguera. Una vista preciosa. Vamos al restaurante pero nos dicen que no sirven por la noche; me hubiera apetecido otra musaka.



Día 10 de julio: Turquía
Al fin hacia Turquía. Llegamos a la frontera y nos encontramos multitud de coches. Las mujeres dan el grito ululante que yo creía que era patrimonio de las mujeres marroquíes y he comprobado que entra dentro del ámbito religioso. Por consejo de Toni de Ros marchamos detrás de los camiones y ganamos, lo menos, Km. y medio. Un alemán en una Ac nos increpa, pagamos 10 euros por el visado, luego a la ventanilla para sellar el pasaporte pero al hacer el permiso de importación temporal del vehículo la cosa tarda cerca de tres horas. Mientras, preparo la comida y comemos en la zona de salida de la frontera hacia Grecia; un policía nos llama la atención pero ante nuestra reluciente sonrisa hace la vista gorda. Entramos por Písala; yo casi me desmayo por el calor, hay policías y soldados por todos sitios supongo que por los recientes atentados. En Tekirdag le preguntamos a un oficial por el camping y nos indica que más adelante hay una zona de acampada.
Macarena nos telefonea informándonos del atentado de Londres ¡¡que salvajes!!! En la zona de acampada decidimos quedarnos aunque nuestra idea era ir siempre a camping por los islamistas. Lleno de familias turcas, se me acercan varias mujeres para saludarnos, aprovecho y les pregunto por las duchas; me acompañan a un sitio que es una ducha, rodeada de plásticos; hace el apaño pero de los servicios mejor ni hablar.
Llega el chipichanga de turno que nos quiere cobrar 20 euros; esgrimo mis dotes de chipichanga aprendidos en Marruecos y al final nos quedamos por 5 euros. Los alicantinos quieren bañarse pero el mar esta sucísimo y lleno de algas.




Día 11 de julio
Estambul ¡POR FIN! Hemos pagado el peaje y hemos preguntado la dirección del aeropuerto pues tenia conocimiento de que allí estaban todos los camping; hemos encontrado uno que se llamaba Konya, muy grande y las instalaciones de lo peor; después de hacer la colada y comer hemos emprendido rumbo a la aventura de la pasión turca; hemos bajado en un autobús hasta los topes con un calor de muerte pero hemos visto las murallas y el Bósforo y la mezquita azul. Por el recorrido que llevaba el autobús, con el entusiasmo, hemos ido al final de la línea y se veía a lo lejos Santa Sofía. Hemos contactado con unas jóvenes que muy amablemente nos han llevado a un cambista de confianza y querían acompañarnos pero declinamos la invitación; en un taxi, donde nos hemos jugado el tipo, llegamos al gran bazar y lo recorremos enterito; me ha decepcionado, tal vez por nuestras connotaciones con el mundo islámico; muy limpio y con varias fuentes pero el Islam surge por todas partes y nosotros estamos demasiado acostumbrados a este mundo religioso; perfecto, pero me ha decepcionado; volveré mañana por si descubro algo que me apasione.
Los alrededores son como bazares de tiendas y más tiendas con regateo característico, bullicio, etc. para nosotros nada nuevo.
Llegamos andando a la Mezquita Azul al atardecer y solo al ver el obelisco mi piel se ha erizado; una vez en el patio, he procurado quedarme sola en un rincón para ver con mis ojos y no con las impresiones o comentarios de nadie. Después de mucho rato con la luz haciendo brillar la cúpula y los minaretes, recuerdo todo lo que me apasiona del Islam y me transporto a la Meca e imagino sus mismos reflejos por el sol y su construcción, agrandada a causa de esta mezquita que se levanta ante mis ojos. Decido entrar y me cubro con un velo que me facilitan a la entrada; me descalzo y me siento para contemplar la inmensidad de su cúpula y sus bellos atauriques que la adornan por todos sitios. Rezo frente al mirab una plegaria donde se mezclan religiones que al fin y al cabo son ramas de un mismo tronco. Sólo por ver la Mezquita merecía la pena hacer el viaje, tantos y tantos kilómetros. Hemos paseado por sus alrededores mezclándonos con la gente y viendo algunos monumentos, como unos baños cercanos, de una gran belleza arquitectónica. Al final cogemos un taxi; es muy tarde y, de todas maneras, no merecía la pena el autobús ya que nos cobra 12 euros y estamos en el culo del mundo. No sé si podré dormir por la emoción.


Día 12 de julio
Muy temprano hemos aprendido que hay una estación de tren cercana y después de ésta un dolmus nos ha dejado próximos al palacio de Topkapi; las colas de turistas impresionantes. Hemos estado en el Patio de los Jenízaros y en la Iglesia de Santa Irene donde, casualidad de casualidades, había una exposición española. Esta iglesia fue incendiada en la misma época que Santa Sofía. Al final no hemos entrado al Harem porque la cola era sensacional y hacía un calor asfixiante; con mucha muchísima pena me he quedado pero me he colado a ver el segundo patio. Nos hemos dirigido a Santa Sofía que esta bastante abandonada. A los frescos les hace falta una urgente restauración que, al parecer, llevarán a cabo. Me ha decepcionado un poco después de ver ayer la Mezquita Azul; de todas maneras me lo he pasado “pipa”. Después hemos visto la cisterna y luego a comer a un restaurante en plena calle con un sol de justicia ya que todo estaba hasta los topes de gente. Más tarde, el Bazar egipcio que me ha gustado más que el gran Bazar; tiene un encanto especial y no es .tan turístico. Se parece a los zocos morunos. Luego la Mezquita de Souleiman el Magnifico y la Torre Galata y paseos para ver el cuerno de oro; no hemos embarcado por mi temor al mar. Me ha encantado el Bósforo, las murallas de mar y las de tierra, el Acueducto y, por supuesto, el monolito egipcio.
Al final de la jornada hemos llegado rotos y caer en la cama y dormirnos fue cosa de segundos.

Día 13 de julio
No hay más que hablar: me gustan los turcos y me gusta Turquía. Se levantan en el autobús para cederles el asiento a las señoras, está todo muy limpio y los comerciantes hablan tropecientos mil idiomas. Hay policías y agentes de seguridad por todos sitios; tal vez las bombas que han estallado por todo el país hayan incrementado la vigilancia policial en museos y monumentos ya que pasas el bolso o la mochila como en los aeropuertos; en nuestro camping todas las entradas están custodiadas por policías armados. He visitado todas las mezquitas que he podido y he rezado ante el Mirab; me gusta este pueblo amable que guarda tantas y tantas civilizaciones en sus genes: Otomanos, selucidas, griegos, romanos, etc... Me fascinan sus monumentos, me gusta su cocina, su alboroto, ¡¡que me gusta vaya!!
Al llegar al camping hay un gran mercadillo instalado fuera y compro multitud de cosas; son muchísimo más baratas: cojines, manteles, bolsos, multitud de cosas que me gustan; además, como soy un harto ordinaria, me encanta lo que brilla y allí había brillos por todas partes; en el mercadillo hay una parte dedicada a la alimentación y aprovecho y compro reservas de hortalizas, frutas, sandias, melones y cosas que no sé lo que es pero que tienen que estar riquísimas.


Día 14 de julio
Hemos ido a los barrios periféricos cuesta arriba y cuesta a bajo, en pleno corazón del pueblo donde no hemos visto ni un solo turista. Todo Sultanamest. He comprado una cortina de madera para la terraza y en tiendas de bebé un cochecito tipo paraguas para mi futura nieta o nieto, precioso y baratísimo; hemos comido en el Bósforo, en un restaurante donde sólo había turcos: un kebabs de alucine y especialidades turcas que no sé cómo se llaman; paso del té, no me gusta y Enrique toma café por todos sitios, pero dice que no es para tanto. Enrique ha probado la cerveza del país que se llama Éfeso y se queja de la cantidad de azúcar que le ponen a todo, sobre todo al café. Volvimos al Bazar Egipcio; tal vez uno de los sitios para compras que más me han gustado incluso más que el Gran Bazar. Hemos conocido a un judío serfadita con el que hemos estado charlando bastante rato. Paseo por el Bósforo al atardecer con la Torre Galata al fondo. Cuando regresemos veremos más cosas, pues José y María Teresa han de ir a la boda de un sobrino y se les acaba el tiempo. Nosotros, cuando marchen, nos recrearemos a la vuelta.


Día 15 de julio: Asia
Hoy celebramos el Santo de Enrique y partimos hacia Ankara; nos ha costado trabajo entrar en Asia por los múltiples puentes, rotondas y carreteras; un señor al que hemos preguntado ha ido delante nuestra y nos ha dejado en la autopista; invitamos a los alicantinos en un restaurante de carretera; pobrecito él pero la cocina turca excelente y como de postre unos albaricoques en almíbar deliciosos. Nos coge tal lluvia que hemos de parar y escucho el trueno más gordo que he oído en mi vida; un aguacero criminal. Al final acabamos en un pueblecito para pernoctar en una gasolinera. El camping lo están reformando y, como es temprano, nos dirigimos a un barbero próximo donde Enrique se corta el pelo y se afeita. Nos obsequian con el té de manzana que yo, claro está, no tomo y doy a Enrique mi vaso a escondidas; toda la noche lloviendo pero muy tranquilitos.


Día 16 de julio
Hace frío. Yo espero el calor asfixiante que tanto me gusta y el clima es más bien frío. Llegamos a Capadocia por un camino rural pues nos confundimos al ver una indicación de Avalos y, creyendo cortar camino, metemos la pata hasta el gorro. Llegamos a Avalos y estamos en Capadokia o Capadocia, cuya traducción es “La tierra de los caballos bellos”. Hemos entrado en la primera iglesia subiendo por unas escaleras terroríficas de madera, pero los frescos que hemos visto merecían la pena; hemos visto varias pero si hubiéramos entrado a todas las que nos apetecían nos hubiéramos dejado el presupuesto del resto del viaje.
En el Valle del Zelme, viendo formaciones, me bajo y me llevo un susto de libro ¡entre las piedrazas, una serpiente horrible! ¡menudo susto! Estas formaciones, al parecer, se deben a que hay un volcán, hoy inactivo, el Erciyes, que dio lugar a las mismas. Al parecer, los habitantes vivían fuera de ellas durante la Edad Media pero cuando había conflictos bélicos, se refugiaban dentro; esto solía ocurrir en las ciudades subterráneas, donde hay pisos y pisos que se adentran en el interior de la tierra; justito donde hay menos luz es donde las pinturas están mejor conservadas. KAMIRAKLI y Ozkomak son dos buenos ejemplos, aunque hay muchas muchísimas. Pero lo que más me gustó fue el Valle de Goreme, sobre todo las chimeneas de las hadas, hoy convertidas la mayoría en palomares, aunque quedan algunas habitadas. ¡Qué me ha gustado Capadocia! Me quedaría un montón de días pero Macarena llama con la preocupación de las dichosas bombitas: hoy han muerto dos franceses en una playa cercana a Efeso; los sobrinos de los alicantinos también llaman insistiendo en el peligro.
Realmente yo prefiero morir viendo Capadocia u otra cosa que me llene, que en la cama de un hospital enchufada a un suero; Enrique trata de convencerme con el estado de gestación de Macarena pero yo no me quiero ir de aquí. Dormimos en una plaza donde se nos unen varias AC y varios muchachos nos dejan propagandas de campings.
Damos una vuelta por el río y vemos una boda; simpatiquísimo el acto. Dormimos en paz; yo, por lo menos, a pesar del terrorismo, las bombas, el islamismo y todas esas cosas, no me quiero ir de Turquía. Los niños han llamado esta noche tres veces para convencernos de que nos vayamos.

Día 17 de julio
Pido ir a Pamukale antes de marcharnos de Turquía. Aunque me hubiera quedado más días en Capadocia y nuestro propósito, cuando marcharan los alicantinos, era quedarnos por lo menos una semana en Estambul, pero en fin por lo menos consigo ir a Pamukale. Así que salimos dirección Konya que, según la tradición, es la primera ciudad que se creó después del diluvio. Es una ciudad integrista. Sus múltiples mezquitas son muy ortodoxas y aunque José pasa de largo, nosotros nos quedamos a ver la ciudad aunque sea por encima. Aquí se visten muchos de ellos con barba y la kandora corta o sea, con minifalda, como se dice en Marruecos de los muy ortodoxos. La ciudad artísticamente no tenia desperdicio pero los poderes mandan. En esta ciudad tienen una fiesta de danzas que, al parecer, es una reminiscencia de las danzas que bailaba el rey David delante del Arca de la Alianza.
En las áreas de descanso hay mezquitas para realizar las 5 plegarias que manda el Corán; muy cuidadas y limpias, sólo he visto que las utilizasen los camioneros.
Dormimos en otra gasolinera que tiene Mezquita incluida pero al tratar de llenar agua, el cuidador de la Mezquita quiere lavarnos la Ac y al decirle que no, no nos deja llenar de agua; supongo que caridad con el viajero.


Día 18 de julio
Llegamos a un camino donde hay varias tiendas de alfombras. Paramos en dos pero José tiene prisa y no quiere parar. Continúan, compro dos alfombras de lana para el pasillo, de tres metros y medio cada una; esas dimensiones no las había conseguido después de buscarlas tanto tiempo y me hubiera gustado acudir a más establecimientos pero a los alicantinos les entra una prisa loca por salir del país. Cuando llegamos a Pamukale nos dicen que ya lo han visto y que van a cocinar paella; perfecto, sacamos nuestros tiquets y nos dirigimos a la montaña de algodón, llena de policías que la custodian; apenas turismo y varias chicas en bikini tomando el sol entre las formaciones de agua y calcio; realmente es un fenómeno único pero los turcos no están previniendo que cada turista arrastra calcio de la montaña y ésta se deteriora a pasos agigantados ¡que pena, que haya tardado 15.000 años en formarse para eso! De todas maneras me descalzo y me meto en las pozas de agua y se acaban las pilas de la cámara digital; perfecto, pero Enrique hace algunas con la maquina tradicional suya, a la que ama y cuida desde hace lo menos 15 años.
Paramos a comer y no vamos a las ruinas romanas de detrás porque quieren estar en Canacale para embarcar esta noche. ¡Me quedo sin ir a Efeso, y eso que estamos a un tiro de piedra! José dirige la operación de regreso y lo cierto es que interpretando un mapa es buenísimo. Pasamos por una región preciosa con multitud de tiendas en la carretera y venden calabazas de las que a mi me gustan para embellecer la cocina y que duran todo el invierno pero parece que llevamos avispas detrás de la Ac. Por la noche llegamos a zonas oscuras y casi sin tránsito pero localizamos una gasolinera con restaurante donde, al lado, hay una comisaría de policía; vamos hacia la gasolinera siguiente que estaba José y le decimos que abajo es más seguro pero declinan el hacerlo y dicen que mañana continuarán más temprano que nosotros porque han decidido embarcar a Grecia por Igoumenitsa.


Día 19 de julio: de nuevo en Europa
Hoy nos dirigimos hacia Troya pues yo no quiero perdérmela; de bastantes cosas he tenido que prescindir y me negué en redondo a no verla; entramos en la zona privada, pagamos y aparcamos dentro del recinto. Han construido un caballo de madera del tamaño que tuvo que tener el auténtico, suponiendo que no fuese leyenda, pero yo sé que es parte de la historia que hace las delicias de pequeños y mayores; nos encontramos con una excursión de minusválidos y ayudamos a los que pueden a entrar en el caballo pues la escalera es empinadísima; luego nos dirigimos a las ruinas donde, vaya diferencia con las griegas, está todo superlimpio; pasajes hechos de madera para no pisar las ruinas, una especie de recorrido con flechas ,todo muy bien organizado. Las ruinas carecen de la espectacularidad que yo esperaba pero a pesar de los destrozos de Liechman, con sus excavaciones, todo parecen llevarlo muy bien pensado los arqueólogos para no causar mas males.
Realmente, a pesar de Agamenon y Menéalo, Ulises y Héctor, es una bella historia de amor. Imagino a Homero describiendo el amor de Paris y Helena y a Eneas joven, desarrollándose para, luego, en otra epopeya, visitar a Diso en los infiernos. Adoro las historias del poeta Griego.
Continuamos a Canacale, donde hay el turismo de emigrantes que se forma en Algeciras. Casi no podemos subir al Ferry; el barco vetusto y desvencijado nos conduce por El Estrecho de los Dardanelos a Europa, no con la belleza ni majestuosidad que encontré en el Bósforo y mis lagrimas caen a hurtadillas mientras pido a mis dioses que me permitan volver; y, lo sé, VOLVERÉ. Desembarcamos y nos dirigimos a Edurne, frontera con Bulgaria. Visitamos Edirne y sus célebres mezquitas: la nueva, la vieja y la de las galerías; comemos unos deliciosos pasteles y recorremos la ciudad; después continuamos a la frontera y dormimos delante de una oficina de transportes; la noche tranquilísima pero duermo mal porque quiero ir hacia atrás; empezar este periplo de nuevo, a mi aire, sin compañía que por cortesía condicione mis actos. Volveré sola con Enrique, lo prometo.

Día 19 de julio. Regreso: Bulgaria
Nos dirigimos hacia Plodin, pues queremos ver su Teatro Romano; impresionante y la mar de bien cuidado. Se entra por el conservatorio de música y hay muchos jóvenes tocando diversos instrumentos; como no sabíamos dónde era nos acompaña el señor, al que hemos preguntado, conduciendo su coche delante nuestra y encima nos busca un aparcamiento vigilado, con un señor mayor que nos dice por señas que, tranquilos, que no hay robos porque él vigila. El Teatro realmente está perfectamente restaurado y bastante bien conservado; tiene mucha similitud con el de las fotos que he visto de Éfeso; después visitamos la casa de Lamartine. Antes habíamos comido en un restaurante señalando lo que queríamos según comían otras personas. Delicioso y baratísimo. Los búlgaros son serios pero muy correctos, acogedores y hospitalarios; llegamos a Sofía y dormimos en el camping Brana; me acuerdo de Maribel porque seguro que andará por estos lares y es más maja y buena gente.
El camping lo regenta una señora que ha estado de vacaciones en la costa de Alicante, habla español y nos informa de ciento de cosas que le pregunto. El camping es una porquería, lleno de matojos que parecen una selva, es una zona de recreo del antiguo partido comunista o sea barracones; nos abren uno para ducharnos, lavo la ropa en un lavabo y me da asco hasta ducharme; nos encontramos con los ingleses que conocimos en Estambul y regresan por Rumania porque su carta verde no contempla Serbia y han regresado desde la frontera Serbia.


Día 20 de julio: Serbia
Bajamos a Sofía y vamos a ver la Catedral que antes no la vimos: sin mucho interés. Conocemos a una chica que habla español y nos traduce para el intento de compra de un icono en la iglesia ortodoxa; al final nos dirigimos a un sitio donde nos acompaña que venden unos iconos preciosos y compro tres con certificado de autenticidad; luego nos lleva a un parque donde hay muchos vendedores de cosas rusas y de iconos que según nos explica, expiden delante del turismo un certificado que es falso; nos cuenta que quiere salir del país a estudiar fuera pero que hay muchas mafias y no pueden salir por la noche; damos un paseo por el centro y nos despedimos de ella para coger camino hacia Serbia-Montenegro, ya que las inundaciones de los Balcanes nos desaniman a retornar por Rumania ,lo que me da una rabia inmensa porque pensaba recrearme en el país; llegamos a la frontera y pasamos con bastante rapidez. Cambiamos dinares y marchamos en dirección a Nis, por una bellísima carretera de montaña y horrenda de pavimento. Desde Nis, peaje hasta Belgrado por una autopista que es una carretera local en España y nos cobran 44 euros. Comemos en un restaurante de carretera, donde nos sirve un camarero que, debió hacerlo en el MAXIM de Paris, ¡menuda elegancia! En esta ruta había muchos sitios donde se podía pernoctar, las oficinas de peaje se llaman putarinas. Llegamos a Belgrado y te invade una sensación de tristeza, es una ciudad triste, con gente triste y poco amable; los que nosotros encontramos, por lo menos, hasta un guardia de circulación al que preguntamos sólo le faltó escupirnos; la parte del río sí que es bonita, putarinas por todos sitios en carreteras de tercero o cuarto,-o milésimo orden en España.
Continuamos camino pues Belgrado no nos ofrece nada.
Llegamos a otra putarina y el “putarinero” pretende cobrarnos 70 euros; le digo que no, que no pago, se pone a gritar y por señas Enrique le dice que silencio con las señas manuales usuales. Formamos una cola de libro, todo el mundo pita y de allí no nos movemos; al final tiene que salir, quitar a los coches que están detrás nuestro y así podemos dar marcha atrás. Volvemos a una gasolinera y por señas preguntamos; había unos austriacos que se quedan horrorizados e iban con caravana. Cambiamos unos 20 euros por dinares y volvemos a la putarina por otra entrada; al final 13 euros al cambio, ¡menudos chorizos! La carretera era un cromo, un asfalto que se caía a pedazos y lo suficientemente ancha para cruzarse dos coches.
Pero buscando donde pernoctar, vimos una de las puestas de sol más bonitas de nuestra vida en común. Enrique me cogió la mano y fue el momento más mágico del viaje. Dormimos en un aparcamiento de restaurante/gasolinera /club de alterne -gracias a Dios tranquilitos-. Al día siguiente saldremos hacia Hungría.


Día 21 de julio: Hungría
Llegada a Subotica, la frontera con Hungría. Cambiamos los dinares que nos quería robar el gasolinero, y pasamos a la bella y dulce Hungría; vamos a Szegen y vemos las estatuas de agradecimiento a los países que colaboraron en la reconstrucción, cuando el río Tisa se desbordó y destruyó la ciudad. Continuamos hacia Kiskunhalas, pueblo célebre por sus encajes -veo obras de arte en manteles y pañitos-. Más tarde, a Budapest, al camping Haller, para descansar y limpiar la autocaravana, el menaje...
Empieza a llover a cántaros.


Días 22 y 23 de julio
Contactamos en el camping con dos matrimonios de Valencia que van a una concentración de autocaravanas a Bolonia, y nos piden información; también con otros de Vigo, que anoche, en una gasolinera de la autopista, les forzaron la cerradura (aunque no abrieron la caravana, por llevar la sirga); ¡venían muy asustados!
No para de llover. Una mañana aburrida y gris, por culpa de la dichosa lluvia y el frío. Por la tarde, paseos por Budapest.

DÍA 23:
Budapest. Lluvia. Visitas. Es la décima o undécima vez que vamos a Budapest, luego no tenemos demasiado interés.

Día 24 de julio

Recorrido por el lago Balaton. Vamos a mercadillos, rodeando los pueblos turísticos. Comemos, en un apacible sitio lleno de alemanes, comida del país. Por la tarde, en Badacsony, hay una especie de feria con actuaciones y orquesta; reparten comida húngara gratuita, en unas interminables colas; yo hago lo propio, porque me apetece probar comida de un enorme caldero colgado en un trípode con fuego debajo. Cuando me llega el turno, me dan una especie de gulash con mucha paprika y una enorme rebanada de pan.
Paseamos en un ambiente festivo encantador. Más tarde nos vamos a un lugar más tranquilo y cenamos, en una terraza a orillas del Balaton, pizza y patatas con ketchup. Dormimos en ese pueblecito, con el fondo de las canciones de un restaurante cercano; los cantantes, magníficos, interpretan música española en castellano.
Noche preciosa y apacible.


Días 25 y 26 de julio: Austria

Del Balaton vamos a Tihany y Balatunfured Gior, viendo sus monumentos, y, aunque hay que dar la vuelta, nos vamos a Sopron. Artísticamente es una maravilla. Cenamos en un restaurante comida húngara, pero empieza a llover fortísimamente y nos refugiamos en la autocaravana, aparcados en una preciosa plaza. No para de llover en toda la noche.

DÍA 26:
Pasamos la frontera hacia Austria y nos dirigimos a Melk, pues Viena la hemos visto varias veces; la Abadía, impresionante... Una iglesia barroca que tira de espaldas...y la biblioteca, alucinante con su colección de incunables. Me ha maravillado, pero no he conseguido ver el trocito del “Lignum Crucis” (dificultades del idioma: traducido todo a muchísimos, hasta japonés; pero en español, nada).
Por la región de Naus vamos a Krems; vemos sus monumentos pero me decepciona. Luego, recorremos el Valle Danubio por la Carretera 3 (recomendable para los que vayan de Viena a Linz); realmente preciosa, y miles de sitios libres para acampar. Nos quedamos en un pequeño restaurante donde te cobran 2€ y hay agua, duchas calientes con placa solar, servicios... Comemos un gulash por 2,5€ cada uno (sabrosísimo). La zona está llena de autocaravanas de alemanes.



Día 27 de julio

Linz es precioso. Muchos monumentos. Enrique compra dos pizzas, creyendo que son como las españolas (realmente tan grandes como mesas de camilla); no podemos, entre los dos, acabar una.
Tanto y tanto hablar de la capital de la moda austriaca, y en realidad todo lo que veo es como ropa de mercadillo de España, a unos precios de Rue Saint Honoré en Francia. Es el país más caro por donde hemos estado.
Más tarde, dirección Salzburgo por la Nacional. Llegamos a Gormund con su espectacular lago y con un paisaje maravilloso de montañas. Vamos a Hallstatt, a ver las minas de sal prehistóricas. No subimos en el teleférico porque me da pánico (y además, 22€ por persona). También hemos visto el lago Hallstatt, y, en Oberhaum, las cuevas glaciares de Dachstein; pero nos hemos dado una soberana paliza caminando.
Dormimos en St. Wolfgang, una población preciosísima (tal vez el pueblo más bonito que vi todas las veces que he venido a Austria), pero prohibitivo al cien por cien. Supercarísimo. Dormimos en un parking vigilado las veinticuatro horas (8€).


Día 28 de julio

Hacia Salzburgo. Damos un paseo por esta ciudad, que es una de las más bellas del mundo. Pero como ya la hemos visitado varias veces, nos vamos hacia Innsbruck, por la Carretera Nacional, disfrutando del camino y parando en varios pueblecitos, sobre todo Rattenberg, que es una preciosidad de pueblo medieval; y, al parecer, en la Antigüedad hubo minas de oro y cobre; hoy se dedican al cristal (unas piezas de escaso valor, imitando muchas veces, sobre todo en las flores, al cristal de Murano).
Dormimos en Schatz, donde el Municipio ha habilitado una zona gratuita para autocaravanas (y hay un aparato...la primera vez que lo veo...que por 1€ te facilita 80 litros de agua; puedes vaciar el cassette y tirar las aguas); muy agradable, rodeado de un circo de montañas.


Día 29 de julio

Innsbruck. Paseo por lo que ya tantas veces hemos visto. Tejadillo de Oro, Catedral, Río Inn...
Compro trajes tiroleses para el nieto, y algo ambiguo (unisex) para lo que nazca, porque aún no sabemos el sexo.
Cantidad de españoles en Wattens. Nos acercamos a la Fábrica Swarovski; como los precios para visitarla en grupo eran mucho más reducidos...pronto formamos un grupo de italianos, alemanes, austriacos y nosotros dos, españoles. Todos contentísimos por la reducción del precio (y me dice una señora austriaca, en francés, que los latinos somos increíbles...pero el ahorro de 4€ no le ha venido nada mal). La Fábrica, una decepción: mucha realidad virtual y nada de fabricación del cristal; luego, al final, la tienda. A pesar de que ya sabíamos de la calidad y el precio, pensábamos comprar algo, con una reducción ostensible. Cambio la tarjeta de la máquina digital nueva y no funciona. Creo que más caros que otros sitios, me hago con unos pendientillos minúsculos, y son con el cierre trasero ¡en plástico!... ¡45 euros! (desaconsejamos dicha visita totalmente).
Por carretera de montaña, con unos paisajes de alucine, pasamos del Tirol austriaco al alemán. Oyendo unas alegres canciones de música tirolesa, de un CD comprado por Enrique. Nos quedamos en Schongau, donde hay fiesta; pero una tormenta con granizos como garbanzos nos fastidia el rollo. Pero la granizada amaina y nos vamos a la fiesta. Entramos en una carpa donde hay una orquesta de trompetas, saxos y toda clase de instrumentos. La gente toma unos cervezones, que yo me sorprendo. A Enrique le sirven una de 1 litro y a mí una coca de medio litro. Comemos choucroute con un asado de buey en lonchas, delicioso pero que no consigo comerme ni en la tercera parte de lo servido. Agradabilísimo. Nos cobran 22€.
La feria está ubicada en el sitio que normalmente tiene el Municipio como zona de acampada gratuita. Pernoctamos casi al lado, pero con menos comodidades, y con lluvia y granizo.


Día 30 de julio: Alemania

Hemos ido por carreteras nacionales, por la ruta romántica alemana hasta Ausburgo. Ha estado lloviendo todo el día y hemos pasado bastante frío. Hemos bajado hasta Ravensburg, donde hemos conocido a unos alemanes que vivían en un pueblo de Alicante. La zona de pernocta en cuestión, según nos ha explicado la señora, que hablaba español a la perfección, es un sistema que hay en Austria y Alemania, que ciertos Municipios habilitan para acampar, no sólo con autocaravana sino, a veces, tiendas de campaña. Suelen cobrar 5€, aunque hoy no nos han cobrado porque la que cobra está de descanso. Hay unos aparatos parecidos a un surtidor de gasolina, que suministran agua para limpiar el cassette; dándole a un botón, sale agua a presión. Hay una zona para desaguar las aguas grises, y metiendo 1€ sale agua. El aparato en cuestión es de la marca Hymer. El alemán me prometió enviarme una fotocopia de todas las zonas que hay en Alemania, un mapa en varias páginas, con los puntos y el enclave. Los pasaré en Internet para que mis compañeros campistas los puedan utilizar. Son unas 2.000.


Día 31 de julio: entramos en Francia

Nos hemos confundido de carretera y hemos desembocado en un pueblecito en el que hay un ferry que atraviesa el lago Constanza para ir a Suiza, muy barato; pero hemos vuelto varios kilómetros.
Titisse, por la Selva Negra a Friburgo; habíamos pasado un montón de veces, y nunca lo habíamos visitado. Me ha encantado: tal vez sea la ciudad alemana, de las que conozco, artísticamente más cuidada y superlimpia. Los antiguos abrevaderos de animales se mantienen, y por las calles corre el agua limpísima.
La Catedral tiene un pórtico policromado bellísimo; me ha recordado el Pórtico de la Gloria, de la Catedral de Santiago. Hay muchísimos jóvenes (y eso que no es tiempo de curso escolar en la universidad).
Hemos conocido a unos de Donosti, encantadores; con la autocaravana matriculada en Palencia. Hemos intercambiado los e-mails.
Pasamos a Francia y dormimos en un camping (11 euros, 4 estrellas, municipal). Toca colada, para mañana pasar a Alemania por Estrasburgo e ir a la Casa Burstner.


Día 1, 2 y 3 de agosto: la autocaravana en dique seco

Llegamos a la Casa Burstner para solucionar los temas que hay pendientes (que para eso la autocaravana está en garantía). Nos dicen que aparquemos en una zona que tienen para pernoctar, con duchas, WC...porque van a meter un termómetro en el frigo, y así mañana sabrán la temperatura que tiene, y darán la solución. Hablo con una señora en francés, diciéndole que de marearnos nada de nada, que de lo contrario tomaré las medidas legales oportunas.
Llegamos a las once y cuarto, y a las cuatro de la tarde nos traen un termómetro que meten en el frigo. A las cuatro y media viene una señora, a que se le expliquen los fallos; dice que mañana se solucionará todo, o se intentará. Comienza a llover y pasamos la tarde viendo la TV y leyendo.

DÍA 2:
Se llevan la autocaravana al taller. Nos dejan en una especie de cafetería. En el expositor, podemos servirnos y coger café y bollería, zumos o agua, de forma gratuita. A las doce, decimos que queremos ir a un restaurante, pero el más cercano está en Kehl. Ponen a nuestra disposición un Smart (igualito al mío). Vamos a comer...damos una vueltecita por los pueblos próximos, y a las cuatro nos entregan la autocaravana, con los arreglos y las modificaciones que Enrique quería; pero nos han dicho que no nos marchemos, para mañana decir si el frigo ha funcionado bien durante la noche, y así comprobarlo.
Nos han cambiado el mueble donde reposa el lavabo, porque tenía una rajita. Nos han puesto una luz exterior en la puerta, y han repasado el boiler. Amén de otras pijotadas de las que le gustan a Enrique.
Al ir a devolver las llaves del Smart, nos han dicho que lo usemos de forma gratuita hasta que nos vayamos. Hemos ido Estrasburgo, que ya conocemos de otras veces. Nos hemos encontrado a dos chicas metopas españolas, de uniforme; y hablando, supimos que una era de Melilla y yo conocía a sus padres. Se ha quedado con nuestro teléfono, y llamó por la noche para ver si estábamos bien o necesitábamos algo.
¡Nos hemos encontrado con gente maravillosa! Pero no para de llover (es asqueroso).

DÍA 3:
Nos han terminado la autocaravana. Es sorprendente lo bien que nos han atendido. Nos han regalado la mano de obra y los elementos de la luz exterior (que han puesto nueva), unos calzos, un aparato para nivelar...nos han dejado el coche...nos han dado tres días de desayunar... ¡Atención exquisita!
Marchamos hacia Luxemburgo capital, por caminitos pequeños y muy agradables. Paseamos por Luxemburgo y me sigue sorprendiendo el nivel que hay allí (a la gente parece que la han sacado de una revista de modas); los precios, espantosamente altos, y la ciudad, tan limpia y cuidada como siempre.
Dormimos en Arlon, en un tranquilo aparcamiento, después de comer Kebab en una cafetería.



Días 4, 5, 6 y 7 de agosto: Bélgica

Entramos a Bélgica y vamos a La Roche-en-Fauverne, un precioso y turístico pueblo, donde hay un maravilloso castillo. Vamos también a Bastogne para ver los monumentos a los americanos caídos en la defensa de Bélgica, y, paseando por carreteras rurales, nos vamos a Aachen, el antiguo Aquisgrán francés, que es una ciudad que me encanta. Descubrimos una zona de las que han preparado los alemanes, que parece un camping de doce estrellas. Te cobran diez euros, y si el cobrador no viene lo depositas en una caja.
Conocemos a un italiano que nos regala un mapa de todos los sitios para acampar en Italia.

DÍA 5:
Vamos a Lovaina y Malinas (Leuven y Mechelen); pero es un día totalmente desagradable porque hace un frío que pela y no para de llover.
Las dos ciudades son artísticamente muy bonitas.

DÍA 6:
Nos vamos a Brujas, que, aunque hemos estado varias veces, es una ciudad medieval preciosísima. Comemos en un chino, y tardan tanto en servirnos que Enrique, con su habitual pulcritud, me lleva corriendo tras él, porque vence el horario del aparcamiento. Al final, nos perdemos uno del otro, y yo, preocupadísima, porque Enrique tiene la dificultad del idioma, yo no llevo dinero encima...Consigo que en una boutique una señora me deje telefonear al móvil de Enrique. Me dice que está en una plaza con muchas banderas. Me pongo en marcha y recorro todas las plazas que tienen banderas. No consigo dar con él, y vuelvo a pedir el favor en una tienda de discos. Me deja llamar un chico, y me dice que está en la Grotte Mark, justo al lado. Nos encontramos y vamos hacia la autocaravana (Enrique no se orientaba sobre dónde la dejó). Se acabó el paseo de Brujas, por el sofocón.
Nos vamos a Bruselas, al camping Beersel, situado en el culo del mundo.
Siempre lloviendo sin parar.

DÍA 7:
Otra vez lloviendo. Bajamos en autobús, luego tranvía y más tarde metro (como el billete es de 1 hora, nos vale para todos los recorridos). Vamos a la estación Midi, para ver el mercado de flores que los holandeses ponen los domingos; pero no encuentro mis calabazas, que me suelen durar de verano a verano sin estropearse. Nos explican que por el tiempo tan frío, aún es pronto. Compro un precioso encaje (a mí me pedía 7€ el marroquí, pero mi marido habla con él en chelja y me dejó todos los metros a 5€; era de Dar Beida, Casablanca).
Luego, a la plaza del Sablon para buscar radios, para la colección de Enrique. Carísimas y, además, muy deterioradas.
Comemos en un restaurante: yo, kebab, y Enrique, un plato de buey (se le hizo un nudo que casi tengo que llamar a una ambulancia; se puso malísimo).
Luego, al Macnekem Pis (sólo tenía puesta una corbata; con la cantidad de trajes que hay en su museo...je, je...). Luego, la maravillosa y espectacular Gran Plaza. Buscamos las señales esotéricas, y las masonas; pero la lluvia arrecia y nos refugiamos en la Galería, en la Catedral y en calles periféricas. Compro un traje de bautizo, y varios baberos, botitas y vestiditos para el bebé que espera Macarena. Me dejo un pastón, pero me hace una ilusión entrañable. La pena es no saber el sexo.
Después, el periplo hasta volver al camping (metro, tranvía, autobús...). Llegamos realmente cansados. Pero hemos conocido a unos vascos, que han venido a nuestra autocaravana para tomar unas cervezas.
Llueve toda la noche.







Del 8 al 19 de agosto: Francia

Hemos ido a pagar el camping y es un desastre. No había nadie. Al ser municipal, el que lo administra ni se preocupa, y todo el mundo...no es que se marchen sin pagar...es que no quieren cobrar...Dos días gratuitos (nosotros y todo el mundo).
Marchamos a Namur y Dinant, pero lloviendo de una forma horrorosa, y con un frío que pela. Decidimos tomar el camino hacia La Loire, para ver si vemos un rayito de sol.
Salimos hacia Francia, y dormimos en la plaza de un pueblecito cerca de Valenciennes, que se llama Longueville.

DÍA 9:
Vamos a Rouen, dando una vuelta hasta Versalles. Dormimos en un área que yo tenía del foro campista alemán, cerca de Correos.

DÍA 10:
París. Ciudad Luz. Paseos por el Sena, y subimos a Montmartre.

DÍA 11:
La Loire, Chambord. Estamos en La Loire. Me cansa tanto turista.

DÍA 12:
Amboise, Ville Sabin, Chimeri y otros. Dormimos en la zona de acampada del Périgueux.
Siempre vamos a La Loire, que a Enrique le gusta.

DÍA 13:
Vamos a varios vide-greniers (vacía-graneros): Montpansier, Lalinde y Le Bugue, Sarlat Le Canede...
Dormimos en un camping, para hacer la colada y estar cerca de una ruta de vacía-graneros.
¡Colección de Enrique! Le toca comprar radios. Francia es para él. Lo mío terminó.


DÍA 14:
Hemos estado en Montignac y los Eycieux. Hemos descubierto una abadía preciosa en un pueblecito que se llama Saint Amande de Coli, a 8 kilómetros de Montignac. Una lluvia espantosa y un día frío y desagradable, pero la abadía era una belleza; creada por un monje agustino; con planta de lo más latina y dos árboles naturales enormes, a los lados del altar. Curiosamente, en los escalones había anmonites.
Por la tarde, el tiempo ha mejorado y hemos estado en varios preciosos pueblecitos medievales. He conseguido comprar mis deseadas calabazas (5 a un euro). Ha sido lo único barato que he encontrado en Francia.
Por la noche hemos ido a la zona para autocaravanas del Périgueux, que es muy tranquila, y preciosa con el río al fondo. Si nos descuidamos...no había sitio. Por lo menos había 200 autocaravanas.
Sigue el frío, que a mí me molesta tantísimo, y hasta creo que he agarrado un catarro.
Lo odio, odio el frío. ¡Quiero irme!

DÍA 15:
Llamo a Macarena, pues hoy celebra su santo. Siento no estar a su lado.
Hemos estado en Bergerac y Preisat. Hemos ido en dirección Narbona. Y hemos dormido en un precioso pueblecito de la región de los Cátaros, al lado de un canal, Chautelinadaur, totalmente bucólico.
Nos hemos encontrado con un matrimonio joven de Valencia, con dos niños. Enrique venía con la morriña de dejar el Perigord, y más hoy que hacía un sol radiante.

DÍA 16:
En el camino hemos encontrado un vide-greniers inmenso cerca de Agen y he comprado una cuna por 30€, total e increíblemente nueva, para cuando nos deje Macarena su bebé. Me ha costado un buen rato de regateo, pues el precio inicial era 60€.

DÍA 17:
Llegamos al Midi de los Pirineos, región del Languedoc. Llegamos a Castelnaudary, que estaba en fiestas. Dormimos allí, pues era precioso (es famoso por el canal del Midi).

DÍA 18:
Fuimos a Narbona, a ver las casas de repuestos de autocaravana, y, tanto que dice la gente, después de ver las alemanas y las de la Casa Destinea en toda Francia, nos pareció un soberana cutrez.
Luego regresamos a Carcasonne, viendo la Abadía de FontFroid, por la región de los Cátaros. En Carcasonne visitamos La Cité, el mejor pueblo medieval de Francia; conservado, enorme, pero había tanta gente y tantísimas tiendas, que estropeaban el entorno realmente soberbio. Pernoctamos en el aparcamiento, muy cerca, donde te cobran 10€ por 24 horas, y estaba llenito de campistas; pero no facilitan ni agua ni nada.

DÍA 19:
De Carcasonne a Mireboix, pueblo medieval pequeñito, pero con un encanto que vi que le faltaba a Carcasonne; nos gustó una barbaridad. Visitamos Pamiers (donde, no sé por qué razón, había cientos de policías). Luego Foix, porque la Gruta de Niaux no dejan visitarla. Siempre que pasábamos decíamos “a la vuelta”, y la estúpida vuelta ha sido que la han cerrado al público (pero he visto fotos de la Galería Azul, y sé que me he perdido algo maravilloso). Una vueltecita por Foix, lleno de turistas. Dormimos en Tarascón, en un área habilitada para autocaravanas, donde estábamos tropecientos mil. El pueblo, muy agradable.


Días 20 y 21 de julio: Andorra

Tarascón-Andorra. Con una cola de 44 kilómetros hasta la antigua frontera franco-andorrana. El tiempo, asqueroso; toda la noche, de tormenta, y hoy aún peor. Vamos al camping Valira, pues Enrique es amigo del dueño y tiene muchas atenciones. No para de llover.
Por la tarde, vamos a dar un paseo por Andorra La Vella, pero como está en obras nos damos una paliza caminando.
El camping, 20€. Conocemos a unos portugueses.

DÍA 21:
Enrique compra una emisora para comunicarse con los campistas (180€, con antena, micrófono y un montón de tonterías); es la tercera emisora que tiene.
Vamos en dirección Francia. Volvemos a ver las grutas de Mas d'Azid, que no recordaba pero habíamos visto hace veinte años. Terminamos en un área para autocaravanas en un pequeño pueblecito, dirección Tarbes, a orillas del Garona, con un paisaje bucólico. Pronto se llena (y habría que colgar el cartel de “completo”); todos los servicios son gratuitos excepto la luz. Conocemos a unos italianos simpatiquísimos y recorremos todo el pueblo con ellos. Vemos una hermosa iglesia románica.



Del 22 de agosto al 8 de septiembre: España y llegada a casa
Hemos ido a Lourdes, haciendo tiempo para el asunto del frigorífico, que me tiene hasta el gorro (yo veo los alimentos absolutamente frescos, y el agua se congela, pero él sigue con la idea de que la mitad del frigo no enfría).
En Lourdes llueve torrencialmente. Es la cuarta vez que lo visito, y lo que más me ha sorprendido es que hay áreas enormes en pleno centro, llenas de gitanos (verdaderos poblados); hemos calculado unas 2.000 personas y unas 40 ó 50 caravanas; con las mesas, los fuegos, la ropa tendida...eso contribuye a que no se pueda aparcar para visitar la gruta. Es sorprendente que la municipalidad no adopte medidas.
Hemos dormido en una zona de autobuses y autocaravanas (4€ por 12 horas y 7€ por 24 horas), habilitada a las afueras, atravesando los poblados gitanos, no demasiado lejos del pueblo.

DÍA 23:
De Lourdes hasta Burlada, Pamplona. El tiempo mejora, pero hace frío y viento. Hemos visitado la gruta de las apariciones.

DÍA 24:
Llegamos a la casa oficial del frigorífico. Nos instalan unos ventiladores (en concreto, tres). Nos cobran 150€.
Yo voy a la peluquería (¡falta me hace!), y luego, después de comer (cosa que hacemos en una cafetería), a Teruel.

DÍAS 25-26:
Hasta Madrid, donde solucionamos problemas personales.
Camping Alameda de Osuna. Caro, y unas instalaciones de pena. Protesto en recepción, por los ladridos de los perros (son de un residente, y siempre que hemos ido...el mismo problema).

DÍA 27:
Hasta Despeñaperros. Dormimos en el Camping Santa Elena. Estoy en mis raíces. Parece que el tiempo se ha estabilizado y deja de llover.

DÍA 28:
Sevilla. Los ventiladores no refrigeran, y encima no nos dejan dormir. Los Hidalgo no están; nos citaron, pero no han aparecido. Un empleado trata de solucionar el problema. Aunque me dieran gratis otra autocaravana, no iría ni loca a “Autocaravanas Hidalgo” de Sevilla.
Una vez que dice el señor que se ha solucionado el problema, le insisto a Enrique para quedarnos a dormir en Sevilla, porque no me fío del “arreglo”.
El camping, caro y malísimo. El ruido de los ventiladores del frigo no nos deja dormir.


DÍA 29:
Nada más despertarnos, abrimos el frigo, y todo estaba estropeado. Volvemos a “Autocaravanas Hidalgo”, y allí mismo tiramos todos los alimentos. Me proponen dejar el frigo para mantenerlo en observación. Les hago firmar un documento.
Nos dirigimos a Málaga, al camping maravilloso de la Residencia Militar.

DÍA 30 agosto - 7 septiembre:
Varios días en Málaga por asuntos particulares.


DÍA 8:
Embarcamos por Ceuta para volver a Melilla por Tetuán: Xaouen, Quezzane, Fès, Taza, Melilla.
Y aquí finaliza el verano de 2005. Con un agosto tan lluvioso que no nos ha dejado disfrutar de un regreso como esperábamos. En total, 19.000 kilómetros, que no está nada mal.

PIKI Y ENRIQUE.
-ABUELETES-

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